En días recientes se
publicó en medios que las ventas del País en el exterior sumaron $17.462
millones dólares superando los $14.498 millones reportados en el mismo período
de 2016. Un logro significativo –dada la desaceleración que enfrentamos a nivel
nacional-, pero insuficiente para la gran oportunidad que representa el
comercio internacional.
Al comparar la economía
colombiana y sus ingresos por concepto de exportación con otras economías dentro
de la Alianza del Pacífico –los casos corresponden a países en vía de
desarrollo-, encontramos datos preocupantes.
Por ejemplo, Perú
registró ventas por $20.486 millones de dólares exportando cobre, petróleo,
carnes, frutas, verduras, químicos y manufacturas como textiles durante el
primer semestre de 2017. Los principales consumidores de sus productos fueron
el mercado asiático, norteamericano y europeo según el volumen de compras. A su
vez, Chile vendió $31.694 millones de dólares en productos al exterior,
concentrados en bienes agrícolas, ganaderos, pesqueros, alimentos procesados y
manufacturas como muebles. Uno de sus mayores compradores fue China, que ha ido
estrechando vínculos comerciales con el empresariado chileno.
Por su parte México
vendió en exportaciones la increíble suma de $197.529 millones de dólares
gracias a las manufacturas, en especial la industria automotriz y electrónica.
Del mismo modo las rentas petroleras y agropecuarias ayudaron a incrementar la
cifra antes mencionada, siendo los EE.UU. y Canadá sus principales compradores
y socios comerciales. De acuerdo a lo anterior, nuestras exportaciones son muy
inferiores al lado de semejantes sumas, en especial la mexicana.
Los empresarios
exportadores colombianos, a pesar de los paros de transportadores, las dos reformas
tributarias de Santos, el incremento de las importaciones, cambios legislativos
y fenómenos naturales como “El Niño” o “La Niña”, luchan por aumentar su
participación en las exportaciones.
Se requieren decisiones
contundentes desde el Estado para expandir nuestra capacidad exportadora.
Empezando por aumentar la inversión en ciencia, tecnología e innovación; reduciendo
impuestos en función de aumentar el empleo; facilitando el emprendimiento;
potenciando figuras exitosas como las zonas francas; disminuyendo los costos de
los servicios públicos y el transporte; modernizando las entidades públicas
relacionadas y profundizando el bilingüismo en la formación de nuestro talento
humano entre otras medidas.
No hay que olvidar que
en julio de este año según el DANE, nuestro País contó con una tasa de
desempleo del 9,7% que aunque ha bajado a nivel nacional, en las grandes
ciudades asciende al 12% y sigue siendo muy alta. El reto en ingresos y empleo
está más allá del consumo interno, debemos aumentar la producción nacional y
cumplir las condiciones para entrar a mercados internacionales aprovechando
oportunidades como la Alianza Pacifico.
Christian
M. Garcés Aljure
@ChriGarces
Completamente de acuerdo. No podemos darnos el lujo de quedar estancados
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