Para nadie es un secreto que el sistema de salud en Colombia no es funcional. Tiene profundas fallas que
impiden que personas puedan beneficiarse de él. Esas fallas han costado la vida de cantidades de personas
que mueren o empeoran esperando atención médica, intervenciones quirúrgicas o medicamentos. En algunas
ocasiones la atención requiere que los pacientes interpongan tutelas ante el Estado, en otras, cuando el daño
ya es irreparable, demandas.
Según Carlos Gustavo Álvarez de la sección de Vida del diario El Tiempo: “el déficit presupuestal del sector –
salud- para 2017 es de $ 5,5 billones y la deuda de hospitales y clínicas supera los $7 billones”. En parte este
déficit es resultado de las múltiples acciones legales que las víctimas del sistema interponen contra las IPS y las
EPS del país.
Frente a esta situación, hay que reconocer que la crisis del sistema no es exclusiva de Colombia. De hecho, es
un fenómeno que se viene presentando tanto en América Latina como en el mundo. Ya que, el siglo pasado
marcó un incremento significativo de la esperanza de vida de las personas, la tasa de mortalidad infantil bajó y
el tratamiento para ciertas enfermedades se hizo posible. Por lo cual, es necesario tomar decisiones desde el
sector oficial que garanticen acceso al servicio de salud con calidad y pertinencia.
Esta semana murió la señora María Nubia Cardenas Reyes, esperando tratamiento para cáncer en el hígado
después de muchas irregularidades en su proceso a manos de la EPS Cafesalud, que es ampliamente conocida
en el país por sus escándalos. La paciente desde el mes de enero venía sufriendo dolores en el área del
abdomen. Inicialmente en el municipio de La Unión se le diagnosticó gastritis y constantemente se le recetaba
Milanta y Omeprazol. Sin embargo, con el tiempo los dolores se fueron tornando más intensos y la familia de
la paciente tuvo que recurrir a la tutela para conseguir citas. Pese a ello, las IPS se negaban a atenderlos,
alegaban que Cafesalud se hallaba intervenida. Tanto en Zarzal como en Cartago hubo negligencia. Incluso
tuvieron que pagar médico particular después de ser diagnosticada con cáncer de hígado y posteriormente de
ovarios.
De acuerdo a Yamiled López, familiar de la paciente, ni siquiera se les dio otros medicamentos recetados como
la morfina y algunos destinados a contener el vómito y el dolor. La señora Maria Nubia murió en su casa sin
ningún tipo de tratamiento. Esta tragedia y todas las que se viven a diario deben ser denunciadas a los
organismos competentes.
Casos como el anterior son indignantes y considero necesario que desde el Estado se puedan realizar los
ajustes que el sistema de salud necesita para funcionar. Es vergonzoso que las personas deban recurrir a
tutelas para beneficiarse del derecho a la salud. El exceso de trámites, burócratas y la desfinanciación del
sistema, no sólo le está costando la vida a muchas personas que merecen un trato digno, también supone
muchas pérdidas a la Nación por la cantidad de daños a reparar.
Es necesario que nuestro sistema se adapte a las necesidades del siglo XXI y que los fondos inyectados al
sector de la salud de verdad permitan el funcionamiento del mismo. Sí bien con la Ley 100 se logró aumentar
la cobertura al 93%, falta garantizar un buen servicio. El próximo gobierno nacional y el siguiente Congreso de
la República deben lograr una reforma estructural del sistema existente.
Christian Garcés
Julio 9 de 2017.
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